Críticas Literarias


ESPEJO DE MISERIAS

Mauro Zúñiga Araúz: la concepción especular de una novela
Ariel Barría Alvarado

A veces se piensa que escribir una novela es simplemente narrar un acontecimiento, contar algo que uno sabe, que le contaron o que se imaginó. Eso es solo parte del asunto, lo que hay que adicionarle es bastante.

Jane Austen, esa perspicaz novelista inglesa que entre los siglos XVIII y XIX iluminó las letras de su país con un brillo que perdura hasta hoy (¿quién no ha leído sus novelas o, por lo menos, visto alguna de las interpretaciones fílmicas de “Orgullo y prejuicio”, la más celebrada?) afirmaba que las novelas son para representar al mundo como es, a los personajes como son, a los hechos como suceden, de tal manera que se puede encontrar en esa revisión una respuesta al origen de nuestros actos.

Un literato americano de nuestros días, Mario Vargas Llosa, acepta que la novela sí es representación del mundo, pero de acuerdo con la visión del que escribe, quien suele usar un lenguaje cifrado para orquestar su propuesta ante el lector, y ese código elegido refleja de algún modo los sentimientos del novelista, su subjetividad.

Tomando en cuenta estas dos opiniones, podemos concordar en que la novela es un medio para ver el mundo por los ojos de otro, pero que ese otro, que es el autor, ha de mostrarnos recursos para su labor, ha de poder decirnos que sabe cómo contarnos esa historia en la que, como ya apuntamos, también se incluye su perspectiva de las cosas, quizás con el ánimo de confrontarla con la nuestra, establecer un diálogo que nos lleve a repensar lo que vemos a diario, a imaginarnos una acción oportuna que responda a cada cosa.

Que hay inequidad e injusticia en el mundo no es una novedad; lo sabemos y lo palpamos. Que muchas personas subsisten a lo largo de estratos sociales que no reúnen las mínimas condiciones para vivir decorosamente, tampoco es sorpresa; ni siquiera parece estremecernos ya el que, como sal sobre la herida, se sumen diversos tipos de abusos contra los más débiles, contra los más pequeños, contra las mujeres. Lo sabemos, pero nada hacemos, y es poco lo que se puede esperar de una casta política que aquí y allá, pese a tener en sus manos las riendas del Estado, prefiere velar con celo malsano por sus intereses, sin prestar atención a todo el abanico de injusticias que sigue asolando al mundo, para minimizarlas por lo menos.

Es como si estuviésemos de acuerdo en repetir, con voz de conformista antigüedad: “errare humanum est…”
Siento que este planteamiento subyace en “Espejo de miserias”, obra publicada a principios de 2010 por el doctor Mauro Zúñiga Araúz, que articula de muchas maneras el modo en que el autor, quien ha dedicado su vida personal a la denuncia pública contra las tres “t” (tiranos, tiranuelos y títeres) que abejean siempre donde las democracias huelen mal (y ha pagado un alto precio por ello), sigue haciéndolo con igual acritud en sus novelas, pero sin caer en el libelo, porque el empleo meticuloso del lenguaje y de los recursos literarios le imponen un indiscutible carácter literario a sus escritos.

El lector no se encontrará en estas páginas una narración lineal, pues la trama se establece en una especie de vistazos sucesivos que, orientados por la acción de los protagonistas, nos permiten ver una vitrina de hechos humanos y sociales deplorables, pero tan auténticos que cualquiera pudiera identificarlos en su entorno. Recursos como la exposición de un diario, o la polifonía (empleo de varios narradores), nos dejan entrar en la intimidad de los personajes y, al verlos moverse por lo narrado, nos muestran también lo que sucede a su alrededor, que a menudo resulta una miasma sí, pero es precisamente nuestro derredor (y de allí la alusión al “espejo” que encabeza este artículo y que nombra la novela).

He aquí descrita, entonces, la función principal de esta novela: mostrarnos lo que nos rodea, hacernos ver lo que hay en torno nuestro y, quizás, hasta los caminos por los que nosotros mismos transitamos (a esto contribuye el recurso de la narración en segunda persona que se intercala con constancia puntual, como si el narrador se dirigiera a nosotros y no a ese personaje inmerso en la trama). Si, ya advertidos, alzamos el pie para no pisar por allí, si ignoramos la advertencia o si, tajantemente, nos decidimos a limpiar, esa es decisión de cada uno.

Mauro Zúñiga Araúz sabe esbozar personajes literarios de carne y hueso, sin que esto sea un contrasentido, porque se trata de valorar la contextura de verosimilitud que viste a cada actor dentro de la obra, y en esto hay aciertos notables, al ofrecernos en cada página un número de participantes en los que se ha invertido muchos sostén psicológico que apuntala todas las acciones que acometen en la narración.

En resumen, tenemos entre manos una buena obra, esgrimida por su autor con conocimiento de causa y, más que como un libro, como un estetoscopio en el cual ausculta los síntomas de la sociedad. Con su novela, Mauro Zúñiga Araúz nos brinda el diagnóstico social, que no es bueno como bien sabemos y como nos los recalca “Espejo de miserias”.

Panamá, agosto de 2012

Crítica Literaria de la catedrática de la Universida de Panamá Yolanda Crespo sobre Espejo de Miserias.

Espejo de Miserias  nueva novela coral del doctor Mauro Zúñiga, quien enfrentó el reto de hacer un estudio novelado de la miseria y la degradación humana en todos sus matices, celebramos que tenemos al fin la novela que faltaba en la literatura panameña. El desenlace me encantó, es magistral.

Su trabajo literario se centra en lo íntimo e irrepetible de la condición humana, la realidad panameña, profundiza su fino conocimiento del alma humana, sus luces y sombras, su profesión medica le permite un entendimiento profundo, humano mas intimo sobre la sicopatología,  los traumas, la prostitucion, la violencia, la pobreza, la droga, el alcoholismo  y sus secuelas.

En primer término  Espejo de Miserias es una novela realista sobre la vida tal cual es, nada se queda en el tintero: presenta el desamor, seducción, deslealtad, engaño, depravaciones, la esperanza, la integridad en medio de la podredumbre, relata las vivencias e idiosincrasias de grupos populares, que se manifiestan en polifonía de voces narrativas a través del uso del idioma. Como buen conocedor, Zúñiga explora las aberraciones humanas con mano maestra.

Describe las pasiones humanas con sus abismales contrastes y desigualdades.
Exaltamos el merito de esta estremecedora creación literaria que permitirá descifrar brumosos enigmas.
Campea un profundo conocimiento de la psicologia moderna y del léxico de los seres que bosqueja, pleno de sabiduría popular,especialísima.

Expone duras escenas de promiscuidad, acoso moral y  violencia intradoméstica, exhibe situaciones de fuerte contenido, así como la vida del oficio más antiguo.

Probablemente esta obra despierte interés en ciertos sectores humanistas e intelectuales.

Sería honroso que esta novela se trasformara en película para proyectar la realidad de nuestros países.
El libro cuestiona todo, proyecta las miserias humanas, la corrupción, la  pérdida de valores, ostenta un realismo aterrador, cruento retrato psicológico social.

Sacude esta obra literaria exhibe una radiografía social de una sociedad enferma donde no hay respeto por nada.
En síntesis hay mucha fibra, mucha sustancia en este sólido trabajo novelístico  y son tantas las aristas que ofrece esta obra que seria imposible analizar detalladamente su imponente contenido. Recomendamos la detenida lectura, el placer de acercarse a este libro para valorarlo como merece.

Resta aconsejar su paciente lectura  al gran público motivado por conocer hondos aspectos humanos a fondo de manera pulcra e inteligente.

Para el lector casual como para el amante de las ciencias humanas este libro representará un espejo profundo y novedoso, una radiografía social. Expone la explotación de la mujer, los abortos clandestinos, el incesto, los secuestros, la prostitucion, homosexualidad, lesbianismo, miedos, sobrevivencia, el mundo de las pandillas, el vicariato, la violencia en todas sus modalidades.

En sus páginas se advierte un afán de claridad y nitidez expresiva  por su iluminante indagación de la naturaleza humana prueba lo mucho que ofrece el doctor Zúñiga.


PRESENTACIÓN DE LIBRO: ESPEJO DE MISERIAS DE
MAURO ZÚÑIGA ARAÚZ

La novela Espejo de miserias, aborda el tema de la violencia en general y la violencia de género en particular. Este tipo de violencia es originada por la cultura patriarcal, se ejerce en contra de las mujeres como forma predominante de ejercicio de poder y control de todo su comportamiento, en especial de su cuerpo, de su sexualidad que deja de ser una realidad personal para definirse como ente público determinado por el Estado, la Iglesia y los distintos órdenes sociales.

A partir de su lectura he reflexionado e hilvanado algunas ideas. Primero expongo aspectos generales sobre la violencia, su relación con las condiciones de pobreza e indicadores de la situación en Panamá, y concluyo destacando aspectos de la novela que el autor desarrolla en la relación pobreza – violencia o mejor dicho de los factores estructurales que están en el centro de la violencia.
Socialmente la violencia es un gran desafío.

En nuestros países se incrementa y pareciera que no hay formas viables para frenarlas, se nos presenta como algo irremediable. Igual sucede con otros fenómenos sociales como la desocupación en donde existen modelos para explicarnos que el pleno empleo es una utopía.

La violencia se presenta acompañada de la pobreza (Aunque la pobreza de ingresos es un hecho violento que experimenta el ser humano). Esta presenta distintos órdenes, aquellos evidentes y los intangibles que no se pueden medir monetariamente como lo hacen las instituciones de carácter económico. Cuya medición nos define la proporción de población en condición de pobreza y en qué nivel está el sujeto/a a partir de los ingresos con que cuenta.

La pobreza en su relación con la violencia entreteje patrones culturales y formas de comportamiento de la  persona que no se incluyen en la forma de medición tradicional.

La experta en el tema de seguridad ciudadana y calles seguras para las mujeres, Ana Falu, ha expresado que la violencia e inseguridad ciudadana provoca miedo, provoca el abandono de espacios públicos, y a su vez, los espacios vacíos realimentan el miedo y hacen retroceder a las mujeres, pero, al mismo tiempo las cifras de denuncia de las mujeres sitúan una parte importante de los hogares como escenario de actos violentos que afectan a las mujeres y a la infancia.

Esta cultura se envilece con el ser humano, pero hace que la propiedad y los bienes tengan más valor que las personas.

Frente a la enorme riqueza que la sociedad global y nacional logra acumular en pequeños grupos, se acrecienta la inseguridad ciudadana y la violencia. Esta es la matriz básica y la relación esencial para comprender el descontrol que ésta causa y la perspectiva que al problema le dan tanto el aparato de seguridad y las instituciones del Estado.
No obstante, esta relación pobreza-violencia, en el plano individual, la violencia no es algo privativo de la pobreza. No solo los pobres son violentos. Esto se destaca en la novela de Mauro Zúñiga. La violencia se ejerce sobre toda la sociedad; el sistema social en su conjunto despliega diferentes formas de control y poder. Los múltiples sujetos que  actúan violentamente en esta novela dan muestras claras de ello.

Víctimas que se hacen victimarios (as) y viceversa, expresan las complejidades que tiene la violencia. Las diferentes personas que entran en relación con la personaje principal de esta obra lo hacen evidente.

Si la violencia es una expresión de relaciones estructurales en la que intervienen las distintas instituciones sociales, de una u otra forma colaboran para crear el andamiaje de terror y miedo que paraliza al sujeto y le conmina a pensar y actuar según el patrón pre-determinado.

Veamos algunos datos que apuntan a esa matriz violenta que se genera estructuralmente:
Las muertes por accidentes y violencia son la tercera causa de muertes en el país, en el año 2007 fue de 48.7 por 100,000 habitantes. 80% afecta a los hombres y 15% a las mujeres.

En efecto, las mujeres somos víctimas importantes del machismo, pero como vemos en estas cifras, el efecto en los hombres por la masculinidad creada es suicida, son muertes pero también relaciones entre los sexos que impiden un estilo de vida saludable.

Veamos otros datos que alimentan esta matriz de vulnerabilidad para las mujeres y para la sociedad. En 2008 la proporción de mujeres mayores de 15 años sin ingresos propios fue el 32.7%.

En el acceso a propiedades (2001) el 75% de mujeres accede a terrenos de media (0.5) hectáreas. 76% de los hombres son dueños de su vivienda, solo el 24% de mujeres lo son.

Panamá ocupa el cuarto lugar en tasas de prevalencia de femicidios por millón de personas.

Se incrementa la violación carnal y los delitos por abuso sexual. Del otro lado, las niñas, niños, y adolescentes de ambos sexos no cuentan con educación que les forme para enfrentar estos peligros, tenemos un sistema educativo tradicional obsoleto, que funciona sin considerar estos problemas. Sin políticas de educación para la salud sexual y reproductiva que lesiona derechos sexuales de hombres y mujeres.

Las políticas denominadas de combate a la delincuencia –la política contra la criminalidad- se quedan en respuestas represivas, no  desarrolla planes para la prevención ni realiza  abordajes integrales que afecten al origen o raíz del problema.

Lo que se observa es como se estigmatiza a la niñez, a los/las jóvenes y algunos extranjeros como los que generan la inseguridad en las calles. Incluso en esta vorágine de políticas represiva se promueve, a través de la opinión pública motivaciones sociales (en especial el miedo) para instaurar la pena de muerte.

La ley 6 de marzo 2010 hace que niños/as de 12 años sean respon­sables penales, frente a actos delictivos promovidos por adultos. Aumenta las penas con el claro fin de privar de libertar a los imputados, como método de control, sin desarrollar políticas que brinden opciones integrales con capacidad de resocializar y brindar alternativas de vida viables a estos infantes.

También es un hecho –por algunos resultados del sistema de justicia- que existen serias dudas alrededor de su capacidad para hacer justicia a las víctimas.

Las políticas para incrementar el crecimiento económico se imponen con gran violencia. Por ejemplo, para los sectores que son afectados, por los Proyectos mineros, hidroeléctricos, de represas de ríos los que son desplazados y expropiados de sus tierras, como ocurre con la población indígena y las personas con residencia de vieja data en los lugares donde se instalan estas empresas, el desalojo, el atropello y acoso violento a la vida se ha hecho cotidiano, afectando a la infancia y a toda la familia.

La encuesta de niveles de vida 2008, identifica que –el 36% de menores de 5 años tiene anemia nutricional – el 52.5% de los menores de 2 años y el 36% de embarazadas viven en tal condición.
La violencia contra el ambiente -reduce la cobertura forestal, la biodiversidad y rompe la conectividad de los ecosistemas.

Todos estos problemas contribuyen a explicarnos esa matriz que genera la violencia y que se crea desde el poder para el control de la riqueza. Sistema que solo sabe responder con violencia ante quienes se resisten a sucumbir ante el saqueo permanente a sus pequeñas parcelas.

En la novela que hoy presentamos las y los diferentes actores de la novela viven en condición de pobreza y el contexto señalado puede percibirse.

En el ambiente de la violencia está el alcohol, no obstante, no debe tomarse como un elemento que explica la violencia, pues solo sirve para relevar de responsabilidad a los maltratadores, justificando sus comportamientos agresivos con el consumo del alcohol y ocultan la verdadera génesis del problema.

La novela muestra como las mujeres víctimas, sobreviviente de violencia viven permanentemente con miedo, con temor a adoptar decisiones a desarrollarse con autonomía e independencia.

Las personas que viven alrededor del maltratador, su familia, hijos, entretejen relaciones vinculadas por el temor, en ese marco la única salida que parece segura es el silencio, la resignación hasta que el maltratador desaparezca. Además se reproduce en su vida posterior el mismo patrón.

El típico círculo de la violencia pareciera desaparecer en una violencia estructural que no tiene válvulas de escape sino la sucesión de actos violentos que se cimentan en el miedo y ascienden por una escala de menor a mayor gravedad.  Abuso  físico,  psicológico, sexual y el incesto, son parte de esto.

Las víctimas del sistema en el ambiente de pobreza y violencia van ahogando paulatinamente sus expectativas y esperanzas; perspectivas de vida futura, valores y aspiraciones. Quedando sujetos y personas transformadas por la realidad...

La protagonista de esta novela mirándose así misma expresa “Como se van desplomando nuestros principios al chocar con la nauseabunda realidad. Lo que ayer era para mi pecado grave, hoy es una posibilidad.” 

En este caso, las víctimas principales son las mujeres trabajadoras, las niñas, las trabajadoras sexuales, las trabajadoras domésticas quienes por el desarrollo de sus funciones en el mundo privado corren el riesgo de abusos sexuales y explotación en su trabajo -con relaciones de servidumbre que lesionan sus derechos humanos.

La novela también apunta el rol de la iglesia en este mundo que engendra miedos, de sacerdotes que engañan y pervierten...

Del fraude de la certificación, de diplomas falsos, de enseñanzas que se pierden por la vida de las necesidades... maestras de buen ejemplo que quedan sepultadas por la adversidad.

Un sistema corrupto que se cimenta en el tráfico y trata de personas elementos que nos obligan a hacer de esta novela una  herramienta para contribuir a eliminar la violencia contra las mujeres y la violencia de género y cambiar esa matriz que genera pobreza y derrota la humanidad.

Muchas gracias.

Dra. Juana Camargo - Socióloga

Mauro Zúñiga siempre nos ha sorprendido con sus originales experimentos narrativos, su obra publicada siempre presenta una estructura alejada de la ortodoxia y la costumbre.  Los temas que trata  añaden permanentemente un enfoque desacostumbrado a la visión que tenemos de la realidad que nos circunda; por otra parte, el lenguaje literario que sale de su pluma tiene connotaciones diversas, desde las más líricas hasta las puramente escatológicas, desde la denuncia expuesta con seriedad y proclama moralista,  hasta la ironía, la caricatura y la parodia, en suma, Mauro siempre resulta un narrador por demás extraordinario por las insurrectas fórmulas que utiliza en su narrativa, las que se alejan bastante de los cánones comúnmente aceptados.

Su última novela publicada Espejo de Miserias  también nos impresiona por la primicia de de muchos de sus elementos, los que maneja con gran destreza.  El tratamiento de los temas, por ejemplo, ofrece inusitadas perspectivas que los sazonan favorablemente.  Los temas ya han sido tratados desde siempre: la degradación humana, la miseria social, la ruptura de los valores, la pugna entre el deber ser y la supervivencia, sin embargo, Mauro añade algo que los hace presentar un nuevo rostro: ese algo se clarifica con un rápido viaje en picada hacia los insondables pozos de la iniquidad y la ignominia. En esa caída al vacío, llena de adrenalina por la extrema violencia del desplome, nos presenta un muestrario de las muchas  aberraciones de la sexualidad humana, sin caer en el regodeo morboso y moroso que exhibe la pornografía, y diría yo, que sin ni siquiera perseguir detalladas y sensuales descripciones eróticas y excitantes, porque al novelista le interesa más retratar con pelos y señales los absurdos extravíos que de manera pestilente se presentan en los inframundos morales y sociales y cómo éstos se van convirtiendo en una cadena de aferrantes grilletes que asfixian la libertad de los seres humanos y aniquilan el libre albedrío. Además, después de haber tocado el fondo de la depravación y la infamia, Mauro da un vuelco de media esfera y presenta una nueva forma de ruindad, todavía más execrable que la depravación sexual, la mentira, el engaño y la hipocresía, como los más condenables y supremos pecados de la humanidad, para llegar a un final abierto con la consigna de “la verdad nos hará libres.

Esta variada paleta temática está muy bien desarrollada en una trama, aparentemente sencilla: la vida sórdida de una familia que vive en la marginación social y económica, y las formas como cada uno de sus miembros cae en un tremedal de arenas movedizas que los hunde más y más con cada movimiento.

En el caldo de cultivo de una vivienda infrahumana de una barriada bruja interactúan un padre crápula, borracho y violento, que practica el boxeo aficionado con la esposa: muchos “yabs” a la mandíbula y a los ojos, “uper cots” de izquierda y derecha a los costados y a las partes blandas del abdomen; una mujer permisiva a quien sólo le importa que lleve la comida y los reales que sisa de los bolsillos del borracho; una pareja de niños que crecen con el degradante espectáculo que les brindan sus padres.  Una niña que empieza a desarrollarse y que se ampara  en el seno acogedor que le brinda la iglesia con sus promesas de salvación y sus oraciones esperanzadoras y la predica de valores fundamentales que solamente se le prenden en la epidermis de su alma infantil; se refugia también en la promesa que ofrecen las aulas escolares: la educación es una verdadera salida de la pobreza y la miseria humanas, pero qué educación, una que es solamente una parodia de lo que debería ser; sin embargo, esa púber siente atracción por la lectura y el arte y en ellos se sumerge cuando puede. El varoncito es un puñado de rabias sin salida, que se coagulan cuando ve la violencia con la que el padre trata a la madre.

Esta primera fase del argumento llega a su clímax, cuando el padre borracho intenta abusar de su niña y la madre interviene, se da, por supuesto, un ataque despiadado a la mujer que defiende a su hija y, posteriormente, ocurre la respuesta feroz del hijo adolescente que, lleno de santa ira, apuñala repetidamente al padre hasta quitarle la vida.  La madre tapa el homicidio ordenándole al hijo que huya, que ella le dirá a la policía que unos ladrones entraron y lo ejecutaron. Hago un paréntesis, Mauro es un excelente y entretenido cuenta cuentos; sabe narrar, sabe capturar la atención del lector con recursos muy sencillos, pero también muy efectivos. Siempre las historias tienen un esquema básico: planteamiento, desarrollo, suspenso, clímax y desenlace; pero Mauro recorta la historia total en varios segmentos, a cada uno de los cuales les provee ese esquema, con lo cual el lector está siempre leyendo de sobresalto en sobresalto por saber que va a ocurrir y cómo se va a desarrollar la narración.

Ese manejo narrativo antes descrito, nos lleva a una segunda etapa de la trama, una historia harto conocida, dos jóvenes, muy jóvenes, que se enamoran y se casan, un matrimonio que fracasa por las mil y una razones que entenderán cuando lean la novela y, entonces, la vuelta al gueto, a la vida precaria, a arañar  y morder la sobrevivencia.

Sabiamente, Mauro hace pisar el primer peldaño de la degradación de su protagonista con un pecado frecuente en esta sociedad degradada  y rebajada hasta sus tuétanos: la usurpación del conocimiento, la rapacería de los títulos académicos lo que constituye una forma de depredación tan impúdica y obscena, que la sociedad no ha logrado repudiar en su justa medida.  Cada vez que alguien se encumbra  por razones políticas o sociales: un puesto de gran jerarquía o un matrimonio económica y socialmente importante, le florecen a los protagonistas títulos académicos que nunca obtuvieron y apellidos que jamás ostentaron. Mauro con su pupila bien graduada, nos señala que la inmundicia no solamente está en el sexto mandamiento.

El argumento sigue  profundizando la caída al vacío con la cadena de degradación de la protagonista: mesera en un bar de mala muerte, bailarina exótica, desnudista, prostituta emigrante y… lo que sea. En esta etapa el clímax se consigue no con la acción  sino con la introspección de la protagonista, aunque Mauro ha hecho un muestrario detallado, como en “Bell de Jour” de los muy diversos e insólitos comportamientos sexuales de los seres humanos, los que, aunque esperados, no dejan de asombrarnos; empero eso no es lo que realmente importa en la narración, si no, más bien los estados de alma de la protagonista que, en un momento de la narración, llega hasta  el borde del abismo, hasta la destrucción de los últimos reductos de su personalidad.

Desde allí se abre la última etapa, muy llena de ironía narrativa porque el hombre va a convertirse en víctima de la depredación, de la cacería femenina.  El hombre que siempre ha sido el prepotente, el engañador, el embaucador, el timador y mentiroso; el victimario, se va a convertir en víctima.  Me parece que ese es uno de los logros de la novela de Mauro: virar la tortilla, porque existe el mito, universalmente aceptado, de que el hombre es y ha sido el depredador, el cazador, el don Juan  burlador, el que quiere engañar y después huir.  En la novela de Mauro, los hombres también pueden ser ingenuos, bien intencionados y víctimas de crueles engaños.

El final del argumento debe ser disfrutado por los lectores, por eso no adelanto ningún dato, sólo les digo que es abierto, que cada uno tendrá que imaginar cómo debe terminar la novela, tendrá que aportar de su propio magín un “happy end” o  un cierre trágico.

La pintura de los personajes, aunque resulta más que todo esquemática, los retrata con tino y verosimilitud.  Más que a nadie, a la madre de la protagonista, quien es procazmente ávida de dinero, de comodidades, por lo que no duda en recomendarle a la hija que exhiba su belleza y que se prostituya para aumentar la entrada familiar.  Ella es la verdadera artífice de la caída de sus hijos en las zahúrdas más ignominiosas y fétidas. 

Por otra parte, también traza con acierto la fatal herencia del machismo, ya que los personajes masculinos hacen votos sus de proteger a las mujeres de la familia cuando ven maltratadas a sus madres, de los que abjuran una vez convertidos en hombres porque  ponen en práctica lo mismo de lo que renegaron y terminan golpeando a sus esposas y hermanas, para finalmente caer en la acelerada espiral  del alcohol, la droga y la violencia, que los lleva hasta la muerte convocada por el pandillerismo y el sicariato.

También está muy atinadamente justificado el carácter ingenuo de Luis Eduardo, el que se casará con la protagonista y de los demás personajes masculinos.

La protagonista es un personaje muy interesante, porque tiene una clara conciencia de sí misma, nunca se engaña y, aunque lucha denodadamente porque triunfen los principios que ha aprendido, éstos están tan endeblemente bosquejados porque el fuerte trazo de la realidad borra los contornos apenas pergeñados en unas débiles clases de catecismo, termina justificando su conducta, aunque al final triunfa su deseo de ser fiel a la verdad.

Hemos afirmado que Mauro es un novelista innovador que experimenta fórmulas novedosas en la estructura narrativa.  En Espejo de Miserias, utiliza una variedad de técnicas que conjuga muy bien porque no alteran la coherencia del relato.  Lo primero que sobresale es la polifonía de voces narrativas: primero la voz omnisciente, la que va a aparecer muy pocas veces, porque como bien sabe el autor en la vida no existe ser humano que lo sepa todo, por ello prefiere emplear la voz de la segunda persona que es más testimonial y verosímil, narrar desde el tú, además involucra al lector porque nos alude directamente:  “Tú ignoras la sensación de una caricia paterna”, no es solamente la voz del personaje narrador, es la voz de muchos de nosotros a quienes el machismo nos negó la ternura de nuestros padres, que escogieron ser rudos o por lo menos secos, por no parecer amanerados, porque la ternura es cosa de mujeres. En la obra, conocemos las peripecias y asuntos de la trama a través de la voz de la protagonista Omayra Huertas, quien da fiel testimonio de lo que le ocurre a ella y de la valoración mental que hace de todo lo que le pasa y, además, de lo que ocurre en su entorno y de los juicios que de ello hace.

A este cambio de narradores se añade una variedad de formas de narrar, la más notoria es la utilización del diario íntimo,  que complementa lo narrado en segunda persona por la protagonista y que, asimismo,  permite que nos asomemos a los estados de alma de la protagonista, ya que ella no se limita a narrar los acontecimientos, sino que nos brinda sus sentimientos más recónditos y nos describe sus genuinas verdades interiores. El diario está escrito cuidando la coherencia del punto de vista narrativo, ya que cuando la protagonista inicia su diario, apenas tenía 13 años, y vemos que el relato se ofrece desde el punto de vista de una niña que apenas acaba de dejar atrás la pubertad, que además tiene un bajo nivel escolar, por lo cual las primeras páginas del diario están llenas de faltas de ortografía y sintaxis, las que se van a subsanar a medida que la protagonista se escolariza y se vuelve adicta lectora de novelas.

Por otra parte, Mauro sabe emplear muy bien el lenguaje literario, al que le varía los registros, según las circunstancias y los distintos estadios socio-económicos y culturales de los personajes.  Así encontramos  originales metáforas para describir el paisaje o para delinear los más disímiles estados de ánimo. Hace buen uso del vocabulario popular, a veces utilizando voces soeces, otras empleando un léxico eufemístico para referirse a los órganos genitales o a lo tocante a la sexualidad, como se advierte en el siguiente texto: “Nunca le noté a Guillermo gesto alguno que insinuara  que era un hombre bajito de sal, que caminara por la otra acera; al contrario, lo consideraba un macho, un macho completo, un supermacho. ¡Cómo nos equivocamos! Maricón de mierda. Hombre con los huevos de mujer. Con aceitunas falsas. Adonis de plástico.  Ambidextro. Cueco”

Pero sus mejores aciertos los encontramos cuando utiliza el lenguaje paródico o caricaturesco como en el caso  siguiente: “Luis Eduardo fue tratado como un niño hervido.  Agua hervida, leche hervida, comida hervida, ropa hervida…Niño que crecía dentro de una coraza construida de un fino cristal.”

Mauro también se vale de recursos visuales para enriquecer la estructura de la novela y permitirle al lector registrar coherentemente los acontecimientos de la trama.  Los distintos tipos de grafías que emplea distinguen la narración propiamente dicha de la que se relata en el diario íntimo de la protagonista, sin desarticular, en ningún momento la secuencia del relato novelístico.

Con todo, a pesar de los varios logros formales de Espejo de Miserias, lo que realmente hay que destacar es que esta breve novela aborda temas densos que retratan las incongruencias y carencias sociales, no solo de Panamá, sino también de todo este mundo que  también está globalizado en sus privaciones y penurias. También plasma con detalles  una enorme y enlutada realidad que se repite en todos los territorios de la tierra.  Mauro, como debe ser, no se conforma con lograr un relato novelístico valioso y novedoso; él es un hombre comprometido con la sociedad que lo alberga y, por ello, subyace bajo la factura propiamente literaria, un anhelo de renovar y purificar  nuestra irredenta realidad social.

Al haber escogido la vida de una bella e inteligente muchacha triturada por la marginación, hasta el punto de convertirla en un bagazo, en un degradado despojo humano, Mauro pretende curarnos la ceguera con la que miramos problemas tan antiguos como la prostitución, la drogadicción, la delincuencia y las otras lacras que, como póstulas purulentas, cubren toda la epidermis de la sociedad y, más aún, las entretelas del alma de los pueblos.  Intenta que  tomemos conciencia de nuestra complicidad, activa o pasiva, en el crecimiento de estos ancestrales males.  Aspira a que, por lo menos, borremos nuestras malas actitudes, nuestras indiferencias, nuestros veredictos ofuscados por los prejuicios, para que, en un acto reivindicativo de nuestra poltronería y desidia, enfrentemos nuestra mediatizada responsabilidad en la creación, ya muy postergada de un mundo nuevo.

Felicito a Mauro Zúñiga Araúz por la tenacidad  y porfía, por la valentía y la bizarría con las que siempre ha abordado los temas escabrosos que desgajan de forma irreverente la irreductible esencia del ser humano y desbaratan la consecución del ideal de nuestra estirpe humana: ser como dioses, no sólo por nuestra inconmensurable facultad de idear y de crear, sino también por la capacidad reestructurar el mundo imperfectamente creado; gracias también por pedirnos que no demos la espalda con el escudo de los más injustificados prejuicios a la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene y, ante todo y sobre todo, de halarnos la oreja con la eterna magia de las palabras para que en un remoto futuro, como dice mi dulce marido, dentro de este siglo en ocho, al fin podamos llegar alegres a las míticas y justas playa de Utopia

Isabel Barragán de Turner
Panamá, 28 de enero de 2010


VIDA DE OTRA FORMA

Fallo del Jurado que le otorgó al monólogo VIDA DE OTRA FORMA el premio Ricardo Miró en Teatro  en 1998:

  1. Por el manejo de una problemática de profunda contemporaneidad, que viene afectando cotidiana y crecientemente a nuestras sociedades.
  2. Por ser una abierta denuncia a la violencia política que ha desgastado y desgasta distintas regiones de nuestro continente.
  3. Por sus valores acordes con la búsqueda de una posición igualitaria de la mujer en nuestra sociedad.
  4. Por tratarse de un monólogo “género” teatral poco desarrollado  en nuestro medio, de gran exigencia actorial, de buenas posibilidades de resolución escénica y de demandas económicas accesibles.

Danny Calden, Panamá.
Luz Méndez de la Vega, Guatemala.
Roberto Enrique King, Panamá.                                                                    

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Mauro Zúñiga ha sido otro escritor que le ha dedicado sus energías creadoras al teatro. Su ópera prima Vida  de otra forma  es una muestra de que el buen teatro siempre suscita una experiencia profunda y transformadora. Cuando el teatro es bueno, la risa descubre el lado amargo de la vida; las lágrimas, el lado dulce y la razón, los sentimientos. La obra de Mauro Zúñiga, ganadora del Premio Miró, Vida de otra forma es ejemplo de ese buen teatro.
Cuando se le otorgó el galardón del Miró a la obra de Zúñiga, algunos dijeron que era una obra poco teatral: un largo monólogo de una viuda en el que se escudriña la injusticia, el derecho a la vida, la libertad de pensamiento, a la libertad de ser diferente. Un monólogo en el que, además, se adentra en los sentimientos que son la dolorosa secuela del saqueo emocional que produce la desaparición sin explicaciones ni respuestas del hombre-compañero-esposo-amigo-padre de sus hijos.
Isabel Barragán de Turner.
Letras de Panamá.
Historia compendiada de la literatura panameña. 2008.                                                                      

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El montaje escénico de la obra Vida de Otra Forma por la actora Mirna Corina Gómez le sirvió de tesis para obtener la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

ITINERARIO DE UN TACAÑO

Un escritor de reciente aparición es el médico MAURO ZÚÑIGA ARAÚZ (1943). Su obra narrativa contempla el cuento y la poesía. Su obra novelística es verdaderamente experimental, con ella aborda temas densos, de importancia política, social y cultural que presenta visiones primordiales y disímiles de los enfoques ortodoxos que de la realidad de nuestro país han imperado en la cultura oficial y oficializada. Su novela Itinerario de un tacaño (2000) presenta un punto de vista de la sociedad posmodernista, neoliberal y globalizada con un enfoque demoledoramente devastador, perspectiva que se consigue con la ironía, el sarcasmo, la caricatura y un diente tan incisivo que corroe y destruye la angustiosa propuesta de la economía actual. La caricatura se consigue con el lenguaje paródico, con la negación humorística de los paradigmas propuestos por la cultura neoliberal y globalizante y, sobre todo, con un sentido de moralidad, integridad y verdadero patriotismo que le da cohesión a la narración. Por lo demás, la profundidad en el tratamiento de los temas de plena vigencia, la novedad en las fórmulas que emplea para desenmascarar la profunda corrupción de una sociedad miserable y tacaña en sus cimientos y, asimismo, la honestidad de sus miras salva con creces esta muestra de la narrativa del post boom.
Isabel Barragán de Turner.
Letras de Panamá.
Historia compendiada de la literatura panameña. 2008.

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Mauro Zúñiga Araúz ha pintado, con mano firme y fino trazo, el espléndido retrato de un tacaño criollo contra el fondo de nuestra triste realidad. Es un libro notable.
                               Tristán Solarte (Guillermo Sánchez Borbón)
                                                        Escritor

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Mauro Zúñiga, médico de profesión, nos da muestra  de otra de sus capacidades: ser escritor. Calmando el dolor de la gente y escuchándola, aprendió de a poco y con fundamento, a tener fe en el ser humano, a valorar la vida a la que se esfuerza siempre  por mantener ante los embates que le hace su antípoda la muerte. El Dr. Zúñiga es además, un hombre que cree en la fuerza del espíritu y por eso hace una literatura que lleva la esperanza en la acción de cada día y conduce a la fraternidad y a la solidaridad humanas.
Itinerario de un Tacaño  nace con el claro objetivo de denunciar al sistema que se ha implantado a lo largo del siglo XX y que ha copado al mundo en los últimos 15 años con la globalización. Un sistema en donde la explotación del hombre por el hombre ha alcanzado sus más altos niveles y en consecuencia ha agudizado las diferencias entre los asalariados y los dueños del capital. Es pues, una alegoría desgarradoramente bien escrita, con la garra que debe tener para atraer al escurridizo lector de una época y un mundo en crisis.
Obra de humor negro, Itinerario de un Tacaño nos obliga a meditar y sentir la necesidad de enfrentarnos a la cicatería de un sistema que ha olvidado al ser humano, al colocar los valores utilitarios sobre los vitales, los éticos, los estéticos y todos los demás. Esta novela, cuestionadora y optimista en grado sumo, nos abre nuevos horizontes y nos hace pensar en la necesidad real de un mundo mejor, porque la naturaleza humana es buena, pero está sometida a la ignorancia. Ante el peligro crítico que se está viviendo, el autor quiere despertar la conciencia de los hombres y mujeres para que se comprometan con la realidad y la transformen
            Isis Tejeira. Profesora de Filología de la Universidad de Panamá y Escritora.

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He leído con gran interés Itinerario de un Tacaño del doctor Mauro Zúñiga, prestigioso profesional de la medicina panameña. Debo decir que desde sus primeras páginas el manuscrito  me impresionó por la originalidad de su temática y por la corrección de su expresión lingüística. Creo que el trabajo del Dr. Zúñiga nos revela a un escritor dueño de un rico repertorio de ideas. Es interesante observar, por ejemplo, como convierte las características más sobresalientes del personaje central – su tacañería y avaricia -  en una alegoría de todas las deficiencias que aquejan al mundo actual. Desafortunadamente las potencialidades del tema y las bondades de una prosa amena y elegante, son desaprovechadas por la indeterminación genérica que caracteriza al texto, y que trae como resultado una estructura híbrida que se balancea entre el ensayo y la novela.
            Franz García de Paredes. Doctor en Literatura. Universidad de Panamá.

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El personaje central – espejo de  avaricia, paradigma del olvido convenenciero – representa muy bien el nacimiento, desarrollo y auge del poder financiero y especulativo hasta llegar a la hegemonía  del gran capital. Este trabajo es de una excelencia didáctica muy recomendable.
                            -    Mario Trejos González.  Escritor. México.

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Mauro Zúñiga A., médico de profesión, ganador del premio Ricardo Miró, sección Teatro en 1988, presentó la novela Itinerario de un Tacaño al premio Nacional Miró 1999, y la misma resultó mencionada por el jurado internacional mexicano Mario Trejos González.
Mauro Zúñiga A. nos sorprende gratamente, invadiendo el género narrativo de largo aliento con una obra que tiene muchas características que la hacen distinta a lo que tradicionalmente consumimos como discurso novenario ¿Novedad técnica?, tal vez.  Aunque es también posible de que se trate de una obra que descansa sobre un ensamblaje que no desprecia el discurso propio del ensayo, el monólogo teatral y el volcamiento de conciencia propio de la novela moderna para contarnos una historia y desarrollar una tesis.
Sea lo que sea, Itinerario de un Tacaño es una muestra de la voluntad de narrar y el deseo de Mauro Zúñiga A., de establecer un diálogo fructífero con su sociedad sin ocultarle que hay una crítica amarga que hacerle a una realidad cuyos valores él no parece compartir y que la sociedad solidaria que necesitamos y el mundo humano por habitar está por construirse.
José Carr
Escritor y periodista.
Revista Tragaluz.                  

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Itinerario de un Tacaño o “La Tragedia de los Comunes”
José Luis Solís C.
Hace pocos días, tuve la inigualable oportunidad, debo decir el honor, en el marco de la economía teórica, de comentar la obra del Doctor Mauro Zúñiga Araúz, ITINERARIO DE UN TACAÑO. La Universidad del Trabajo de la Universidad en Chitré, sirvió de escenario para que un selecto grupo de Azuerenses viviese por vía del análisis literario y económico, las vivencias del autor, sus reflexiones y el llamado a la solidaridad social, en momentos en que el  modelo de desarrollo sustentable de la actuación socioeconómica actual parece llevarnos en sentido contrario a las aspiraciones de nuestra sociedad. A mi juicio, por su contenido y calidad literaria, este trabajo es de obligatoria lectura.
La obra nos conduce, a través de la figura literaria de Don Matías Fernández y Guerra, al análisis del significado y exigencias de un sistema económico basado en la denominada libertad de competencia y  de mercados no regulados, en la eficiencia y la productividad. Entendiendo que no obstante, la defensa “in extremis” que algunos hacen del modelo, este presenta graves fallos en su funcionamiento que lo caracterizan como injusto y ajeno a las auténticas necesidades y objetivos sociales.
El personaje central de la obra de Zúñiga, Don  Matías, no es un personaje mítico que surja de la fértil imaginación del autor y a pesar, que su conducta nos parezca imposible, la verdad es que existe, tiene asiento, y crece en el mundo actual.  Somos parte de él, y tanto es así, que llegamos a convencernos o nos convencen que sin su existencia nada sería posible. Y es que este curioso individuo representa la síntesis última del Sistema cuyas estructuras están conformadas por persona, instituciones y recursos.
Al igual que Don Matías, el modelo de Economía de Mercado – o lo que es lo mismo Economía Social de Mercado – que constituye la forma moderna del Syn histemi griego, tiene vida y por tanto, su propia personalidad, creencias y valores; posee un alama doctrinal y una razón de ser, desarrollando procesos conductuales propios. Su filosofía es el neoliberalismo y su prédica, la no intervención, ni siquiera para corregir sus fallos más graves.  Su esencia es la libertad de mercados y la competitividad, aunque esta libertad, como dijera el profesor G. Halm (Sistemas Económicos, Madrid, 1964) no significa demasiado para las personas que tienen una cantidad limitada para gastos en bienes de consumo y educación.
Su conducta fomenta relaciones más antagónicas que armónicas entre vendedores y compradores, sin exigencias de integración social para resolver problemas, por ser su fundamento la competencia y no la cooperación. Todo se refleja en una espantosa inequidad que explica, en gran medida, las causas de la pobreza y la miseria. El objetivo de Matías, el de la novela y la Economía de Mercado de la realidad, es coincidente: no solamente ganar sino ganar siempre y lo más que se pueda. Argumento esgrimido para tratar de explicarnos la baja productividad, achacándola a los obreros, la inseguridad laboral y la acumulación egoísta.
La obra de Zúñiga nos coloca en un dilema que parece no tener solución. La respuesta correcta pasa por el despertar de la conciencia de cada uno de nosotros, buscando un esquema más solidario a través del compromiso con nuestra propia realidad, para el logro de las verdaderas respuestas que demanda la sociedad. La salida parece ser la señalada por Goethe (Gepräche mit Goethe). “No basta con saber, también hay que aplicar; no basta con querer, también hay que actuar”. Ahora ya sabemos…
El autor es profesor de Economía.

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Itinerario de un Tacaño

Liza Mariel McPherson Archibold
Al leer la solapa del libro tenemos una idea de la intención del autor; su lectura nos muestra que no es un simple relato que habla sólo de la Tacañería, ya que probablemente la tacañería ni siquiera sea lo más importante aquí.
La obra omite, deliberadamente, los detalles descriptivos del protagonista; se enfatiza más su actitud y modus vivendi. La intención del autor es que el personaje encaje con muchas personas, en distintas épocas y lugares.
En la portada aparece un hombre que es la viva imagen del egoísmo y la codicia; mal vestido y mal encarado, pues al parecer considera que ni en él debe “desperdiciar” el dinero.  Entre sus manos aparece, aplastado el mundo, con nuestro continente americano, en primer plano.  Tan fuerte es el abrazo codiciosos, que los seres humanos son despojados de sus espacios vitales y lanzados al vacío.

¿No será una crítica a los sistemas económicos, como la Globalización, que acosan a los países menos desarrollados?

Quizá nos quiere decir que ante esa fatalidad podemos perder nuestro lugar en el mundo y ser lanzados al vacío de la extrema pobreza.

Itinerario de un Tacaño de Mauro Zúñiga es una gran metáfora, cuyo significado está muy cercano a la realidad en que vivimos. Es difícil desconocer que las estrategias económicas del mundo moderno desplazan por completo el valor humano de la persona y la convierten en una simple cifra estadística que nos revela cuán hondo caemos en ese famoso abismo que divide a la minoría que más tiene con la mayoría desposeída.

El protagonista, Don Matías Fernández y Guerra, con egoísmo y estrategias financieras, favorece las tendencias muy conocidas, como son la privatización y otros recursos con los cuales, el Gran Tacaño, puede seguir acumulando riquezas, valores y títulos.

Está situación llega a un punto que muchos podrán considerar inverosímil, totalmente irreal, pero que finalmente termina por concretarse: El Monopolio Absoluto de las Riquezas en manos de Don Matías; paradigma de la globalización, ese gran sistema económico, inhumano y asfixiante que parece condenar a muchas naciones a una eterna miseria.

Mauro Zúñiga confronta en este ensayo narrativo a una sociedad como la nuestra, compleja y difícil de entender, pero que no podemos ignorar, porque es la sociedad que nos reta como estudiantes y ciudadanos a perfeccionarla, mejorarla y humanizarla. El Dr. Zúñiga desarrolló un tema controversial con suficiente humor e ironía alegrando su lectura, permitiéndonos transitar por el mismo itinerario de ese gran tacaño que siempre está a nuestro lado y que amenaza en convertirnos en una de sus víctimas.

A las personas que no han leído la obra se las recomiendo, pero cuidado, su tema no es nada superficial, al contrario: es muy profundo.

La autora es estudiante.
El artículo apareció en Huellas, Boletín del Círculo de Lectura de la USMA, Noviembre-diciembres 2001.

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El tacaño, un personaje insobornable.
Juan B. Gómez.
Al Margen de los Temas.
El tacaño está más allá del bien y del mal. Está más allá de la inteligencia, la vergüenza, el ridículo y la crítica social. En su vida sólo hay un Dios omnipotente: el dinero.
El tacaño ha vencido todas las formas de sentimentalismo: nada tiene que ver con el dolor de la humanidad. El es él, y nada más.

Jamás se le verá preocupado por alguna actividad de su comunidad; no dará ningún apoyo a la construcción de una carretera, dotar de luz eléctrica o de agua a alguna comunidad que no sea la suya, la de su propia casa.
Es un yo gigantesco.  El resto del mundo no existe para él.  Siempre anda en la búsqueda de los comercios donde venden más barato, de los restaurantes y bazares donde tenga que gastar menos.  Jamás invitará a nadie a comer ni ayudará a nadie en apuros económicos. Generalmente tiene mucho dinero, pero vive como el más miserable del pueblo.

Psicológicamente, es una persona interesante. Podría decir con Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”.  Agregar: “Lo demás no me importa en lo absoluto”
El tacaño no padece, goza de su mal. Desde niño que iba a la escuela, aprendió solamente a sumar y multiplicar. “La resta es para los pendejos y la división para los solidarios”.

El tacaño no tiene amigos,  sino conocidos, que en un momento puedan resolverle algún problema.
Es raro que siempre que se habla de los vicios: del alcohol, el cigarrillo, la marihuana o la cocaína, el juego (casino, lotería, etc.) no se hable de la tacañería, que es el más absorbente de todos los vicios.
Con un esfuerzo de voluntad grande, el vicioso puede dejar de tomar, jugar, dejar la marihuana y la cocaína. El vicio de la tacañería acompaña a su víctima hasta el cementerio. ¡Cómo se va a abandonar un placer que se ama tanto!
La tacañería se cultiva como un arte sublime, sin debilidades ni claudicaciones. El tacaño jura fidelidad eterna a su vicio como se jura fidelidad a Dios. Muchos religiosos han claudicado en su entrega divina, ningún tacaño (de verdad) dejará su misión por nada del mundo. Para él no hay una mujer que lo trastorne y lo haga desviar de su camino; para él no hay una profesión o una causa, el patriotismo, las buenas costumbres… ¡Tonterías!
El primer mandamiento lo aprendió el tacaño a los cinco años de edad. “No hay que separarse jamás de la Tacañería; al punto que tacaño y Tacañería tienen que llegar a ser lo mismo; andar siempre juntos”, él repite como papagayo, él los cumple siempre…

Ha llegado el momento de decirles que he estado leyendo, del Dr. Mauro Zúñiga “Itinerario de un Tacaño”. Diría que, más que una novela, su trabajo parece un tratado de psicología sobre el tacaño y la tacañería.
Don Matías, el Tacaño.

“Al ataúd de sus padres le dieron santa sepultura sin el adorno de una flor. La tacañería se llenó de motivos y saludó a don Matías con una cándida sonrisa que lo acompañó para siempre….               

El autor es periodista.

 

LOS LAMENTOS DE LA NOCHE

Fallo del jurado de la sección Cuento en el premio Ricardo Miró, 2001:  Se le concede Mención de honor a la obra Los Lamentos de la noche por su capacidad de contar, por la superación de los costumbrista hacia lo real maravilloso, utilizando el lenguaje oral y el escrito de manera efectiva. Interesa destacar el sentido dialógico y el flujo comunicacional de la obra”
Alfonso Chase
María Mercedes de Corró
Rey Barria


El Chacal del General.
Dr. Leopoldo Santamaría.

Buenas Noches. En primera instancia nuestro agradecimiento a todos y a cada uno de ustedes por honrar este acto con su presencia. Igualmente, al Proyecto Cultural Siembra de Lectores por la gentil invitación. Antes debo precisar lo siguiente: para diagnosticar una enfermedad, o la causa de muerte, los patólogos requerimos muestras de tejidos de un ser vivo o bien un cadáver, es decir, materia palpable, que medimos, pesamos, y cortamos hasta niveles microscópicos para luego analizar los cambios observados con patrones de referencia,  de tal suerte que para considerar la probabilidad de que una mula sea parda debemos tener, por lo menos, tres pelos de esa mula bajo el microscopio. Y en esta novela, Z. A. hizo una disección psicológica e histórica de El General y su Chacal; así que basándome en este singular protocolo, procuraré algunas consideraciones a fin de presentarles la obra. El reto es grande porque se ubica en el extremo opuesto de las técnicas y procedimientos que he empleado durante casi siete lustros. Pero es  aclaración; no excusa.

Esta obra ahora nos pertenece a todos y a cada uno de los lectores que opten por compartir la grata satisfacción de sumergirse en una trama que además de interesante despierta un caudal de emociones, porque una vez iniciada su lectura no es fácil soltarla e incluso existe el riesgo, al re-leerla, de ver expandirse el horizonte con hallazgos que motivan las más variadas e intrigantes conclusiones; será verdad?, o producto de la fértil imaginación del autor?.    

“El Chacal del General” entrelaza por lo menos dos corrientes de este género literario, pero de manera tan sutil que dificulta identificar el predominio de la novela psicológica o intimista, como también se le ha llamado, sobre la novela histórica o de realismo político. La novela psicológica se inició en el siglo XIX, con escritores como Dostoievsky y Stendhal; pero la estatura contemporánea se la imprimieron James Joyce, en “Ulysses”, Adolf Huxley en “Contrapunto” y Virginia Wolf en “Las Olas”. El escritor psicológico tiene la capacidad de análisis y la frialdad necesarias para observar el panorama interior de sus personajes, lo que logró Z. A. con el escalpelo quirúrgico, al disecar la naturaleza del dictador y la de su chacal, contrastando sus semejanzas y divergencias. Para el dictador, su ambición era el poder, y parafraseando a Barman, para quien el deseo invita a más deseo, en el dictador, el poder le incitaba a más poder, en una carrera infinita tras la consecución del “poder absoluto”, como plantean los sociólogos”; objetivo por demás inalcanzable. Entretanto, la novela histórica, aunque basada en hechos verídicos del pasado, permite al autor recurrir al uso de símbolos para construir una trama coherente con un propósito determinado, en este caso, develar un  enigma: por qué tanto poder, con tanta crueldad, por tanto tiempo y en tan pocas manos.

Esta novela se enmarca en una época y en un país, donde se instaura una dictadura militar sangrienta, en la que, un feroz chacal, desborda los límites de lo concebible; de aquí el título y la portada, en la que destaca la punta de una bayoneta ensangrentada, indicativa de la naturaleza de un régimen basado en la razón de la fuerza y sustentado por encima del horror, el dolor y el rechazo de una mayoría silenciada por un Estado terrorista. 

El Chacal, a diferencia del lobo altivo, es un animal sumiso, obediente e incondicional, capaz de cualquier atrocidad con tal de complacer a su amo y mantener la aceptación y las recompensas por su fidelidad y eficacia en el servicio. El chacal fue un instrumento útil para suplir las carencias psicológicas del General.

Muchas novelas de las categorías citadas se caracterizan por el hecho de que la interpretación termina con la lectura, mientras que en la obra de Z. A., las interpretaciones empiezan justo al terminarla; es por tanto una novela abierta, lo que constituye una ventaja adicional, y me atrevo a advertirlo, su éxito se  confirmará cuando se consolide el debate, que en torno al tema, en breve plazo, habrá de iniciarse.

La novela trata varios aspectos fundamentales; primero la razón de ser de las dictaduras, facilitándole al lector la comprensión del por qué existen o han existido dictadores militares en el mundo; regímenes represivos, despóticos y violadores de los derechos humanos; destaca, además, el papel de los instrumentos indispensables para sostenerlas. Sin excepción, todos los dictadores de América Latina se han caracterizado por tres condiciones, bien definidas en la obra; la primera es que responden fielmente al centro hegemónico de poder;  la segunda es que dependen de chacales y de civiloides, ambos sirvientes obsecuentes e incondicionales; los chacales para las tareas más infames y degradantes, para cuyo cumplimiento, la conciencia y la moral son verdaderos impedimentos; y los civiloides, para ocupar las posiciones que le sirven de ropaje legal al fementido orden constitucional; para cuyo desempeño, resulta imprescindible carecer de autoestima y decoro. Ambos trabajando separadamente, pero en armónica colaboración, bajo la permanente vigilancia y control del tirano.

La tercera es que todos han sido rigurosamente entrenados en una institución de enseñanza superior, que enfatiza todos los tipos de tortura que las mentes más sádicas de la historia hayan concebido; torturas físicas y psicológicas; a propósito  de estas últimas, según un manual de de la época, la tortura sicológica es más eficaz que la física; lo cual, de acuerdo a algunos expertos, explica prácticas tales como la humillación  sexual de los detenidos y las amenazas para electrocutarlos; manual que incluye tácticas para desnudarlos, encapucharlos, mantenerlos incomunicados, privarlos de sueño y desorientarlos. Hechos que Z. A. describe sin censura; con fría crudeza e impactante realismo. 

Esa tenebrosa escuela inicialmente fue instalada en el mismo escenario donde se desarrollaría la trama del General y su Chacal, luego fue reubicada en el centro del poder hegemónico, le cambiaron el nombre, ahora es un Instituto de Cooperación Hemisférica. En sus seis décadas de existencia ha entrenado alrededor de 61.000 alumnos, en cursos de guerra psicológica, manipulación y control de medios de comunicación y en técnicas de tortura. En manos de sus egresados, cientos de miles de seres humanos de nuestro continente fueron torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados u obligados a refugiarse; dejando un estela de sangre y dolor en los países donde usurparan el poder, persiguiendo sobre todo, a dirigentes sindicales, educadores, religiosos, líderes estudiantiles, y cualquier disidente o defensor de  los derechos humanos.

En la otra cara de la moneda, Z. A. profundiza en el dolor y las angustias de los familiares, en el seno de cuyos hogares, un hijo, un padre o un hermano bien fueron víctimas de vejámenes o en el peor de los casos, desaparecieron en manos de la maquinaria siniestra que sembró el terror y marcó para siempre a toda la sociedad, porque la dictadura hizo de tales habilidades sus métodos predilectos para  mantener el poder; con la complicidad de los civiloides que garantizaban la impunidad al tiempo que impedían el accionar de la sociedad frente al Estado totalitario.

La táctica de desaparecer a los opositores es un método represivo basado en la producción de desconocimiento. La "desaparición" de personas agrava la severidad del daño inferido a los familiares, que se ven impedidos de dar por muertos a sus seres queridos y finalizar así la búsqueda de sus restos. Toda la sociedad sufre e incluso algunos parientes mueren en la pesquisa, porque los seres humanos que valoramos el amor familiar, necesitamos saber lo que realmente sucede con nuestros seres queridos; no es asunto de voltear la página. Saber lo qué pasó, recobrar la memoria, es de fundamental importancia, objetivos logrados por Z. A. en El Chacal del General.

La etología es la ciencia que se ocupa del comportamiento y la Psicología de las razones que subyacen en el subconsciente y permiten interpretar su naturaleza íntima. El proceso de configuración de la personalidad termina con la adolescencia. Cuando las cargas son equilibradas la conducta es normal,  pero cuando la configuración cierra con cargas desproporcionadas, surgen trastornos de la personalidad.  Rechazado, el General, desde el vientre materno; la muerte temprana de su madre, el abuso sexual, el aislamiento y las múltiples limitaciones que caracterizaron su entorno constituyen las improntas de su perfil; como llamara Konrad Lorenz; célebre etólogo austriaco, al mecanismo mediante el cual, en etapas tempranas, se determinan patrones básicos de conducta. Las frustraciones, los traumas y las carencias imprimieron una huella fuerte en su psique. Para individuos en esas condiciones, la arrogancia puede servirles como  mecanismo psicológico defensivo frente al complejo de inferioridad, como la ambición por el poder y el posterior abuso, frente a la impotencia y la frustración temprana; el sadismo y la conducta sexual pervertida suelen relacionarse con antecedentes de abusos sexuales. Y el narcisismo suele servirles de disfraz a  insignificantes, que con poder llegan a considerarse predestinados para una misión especial; el mundo les parece chico.

El diagnóstico de los trastornos de la personalidad, psicopatía y sociopatía,  siguen siendo objeto de controversia; aunque en general se les tilda de locos son  individuos que sin ser sicóticos ni deficientes intelectuales, se comportan socialmente de un modo anormal. Algunos expertos catalogan estos trastornos como insanía o locura moral, porque son personas que carecen de sentimientos, de autodominio y de sentido ético. La escuela europea ha diferenciado ambas entidades. Algunas características, útiles para su reconocimiento, son:

 1.- El psicópata no puede dejar de ser así; como si perdiera capacidad para decidir su comportamiento. El sociópata no quiere dejar de ser así.

2.- El psicópata no tiene objetivos definidos; el sociópata si, planifica para causar daños específicos. El psicópata no hace uso del producto de sus “trabajos”; el sociópata si, porque hasta eso planifica.

3.- El psicópata no revela emociones tales como tristeza, temor, ansiedad ni sentimientos de culpa; mientras que el sociópata si, incluyendo las manifestaciones psicosomáticas, como palidez, temblor, sudoración y el aumento del ritmo cardíaco.
 
4.- El psicópata no mantiene lealtad con su grupo o banda, por su dificultad de inserción social; mientras que el sociópata si es leal a su grupo o actúa en pandillas, sirve bien a su superior.

5.- El psicópata no tolera frustraciones ni es capaz de de posponer la gratificación de un impulso; el sociópata si, planifica, sabe esperar.

6.- El psicópata pide ayuda y termina en un consultorio médico; el sociópata no pide ayuda y termina en los tribunales o en la cárcel; el sociópata no pide ayuda porque se siente satisfecho de sus actos.

Z. A., sin los inconvenientes de la terminología técnica, recoge todos estos aspectos y muchos más, y no obstante tratarse de un tema poco inteligible, logra  exponerlo en forma muy amena, con un lenguaje sencillo e hilvanado de tal suerte que resulta una novela fluida y comprensible.

En cuanto al aspecto político debo agregar lo siguiente: Para la época en que se desarrolla la obra, las dictaduras militares fueron el instrumento preferido del centro hegemónico de poder, para las tareas requeridas, sobre todo para endeudar a los Estados de la región, hasta anular su autonomía, profundizando la dependencia como fórmula de asegurar la estabilidad y fortaleza del Sistema, a través del drenaje de recursos con los cuales garantizar los altos niveles de bienestar y desarrollo a expensas del sacrificio de los pueblos sometidos. Agotado el instrumento armado simplemente lo reemplazan con gobiernos civiles; que deben seguir garantizando la permanencia del Sistema, aplicando las recomendaciones y ejecutando las tareas al pie de la letra; con gobernantes que actúan a espaldas del pueblo y contra sus genuinos intereses; con corporaciones legislativas dóciles elaborando “leyes” para servirle y para disponer de los recursos públicos en provecho propio; y finalmente con jueces venales que con sus fallos cómplices solapen la corrupción o encubran a todos los delincuentes que asalten los fondos públicos.

La novela no es para recordar el vergonzoso episodio de la sociedad en la que se desarrolla la trama, sino más bien para que quienes sufrieran tan ingrata y dolorosa experiencia no la olviden, pero sobre todo para que los jóvenes, que no han padecido los rigores de una dictadura militar, exijan participación activa y permanente en todos los procesos que sirvan para fortalecer la democracia y alejar el fantasma del autoritarismo y sus métodos abominables, porque los seres humanos no debemos sufrir la zozobra ni la angustia de aquellos hermanos que fueron ultrajados o que aún arrastran la pena infinita por la pérdida de un ser querido en circunstancias tan desgarradoras e inhumanas. La obra también debe servir de estímulo a otros intelectuales, para que exploten la veta de tan ignominioso período de nuestra historia, de tal suerte que las próximas generaciones, conociendo en detalle, el papel del instrumento armado, reduzcan las probabilidades de repetir tan horripilante tragedia.

Finalmente, Z. A., Internista, escritor, ensayista y dramaturgo, cuya producción literaria ha sido galardonada con el Premio Ricardo Miró, tanto en Teatro, donde obtuvo el Primer Lugar con el Monólogo “Vida de Otra Forma”, como en la sección cuentos, donde obtuvo Mención de Honor, con “Los Lamentos de la Noche”, nos entrega ahora esta novela, de impactante realismo, escrita en un lenguaje fluido, y sobretodo reafirmando su dominio del relato dinámico, didáctico y dialógico; porque a la vez que enseña propicia la discusión. Y como era de esperarse, salpicada de buen humor; “Yo lo sabía todo; aquí no se peina una mosca sin que yo lo sepa; creció el avispero del palo de tamarindo de la huerta de Rufino; parió la puerca de la vieja Casimira”.  Hasta estos detalles sabía El General.

Los méritos del Chacal del General son tales, que la recomiendo sin reservas, primero a tan selecta como distinguida concurrencia, a la ciudadanía en general y en particular a los colegas psiquiatras o residentes de psiquiatría, a los estudiantes de medicina, psicología, sociología, economía, derecho y periodismo, pero fundamentalmente a la juventud, para que sepa que la democracia es un compromiso permanente, que exige conciencia y participación.       Muchas Gracias.                              

Dr. Leopoldo E. Santamaría. Salón Lagunillas. Atlapa. Jueves 17 de mayo 2007.

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EL CHACAL DEL GENERAL

El Chacal del General es una narración trepidante. Mauro Zúñiga Araúz describe, de manera desgarradora y sin censura, la brutalidad de una Dictadura Militar. Novela psicológica, enmarcada dentro de un espacio y un tiempo real, resalta la perversión y el cinismo que caracteriza  al autócrata y a sus chacales, como elementos centrales para el asesinato, el chantaje, la mentira y la tortura, prácticas que el autor despliega íntegramente a  lo largo del libro. Por una parte, la novela diseca la anatomía del crimen y por la otra, aflora el dolor y las angustias de aquellos que esperan al que nunca vuelve.
El Editor.

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Mauro Zúñiga nuevamente edita una novela con una factura diferente, con visos experimentales, la que ha generado todo tipo de controversias, El Chacal del General (2007). En ella hace una alusión directa a la personalidad psicopatológica del dictador Noriega y de la no menos enfermiza y sádica vocación de sus sicarios. El relato está respaldado por fragmentos alucinantes de nuestra historia reciente y por la vívida experiencia personal de su propio secuestro por parte de las mal llamadas “Fuerzas de Defensa”. Esta novela describe con un lenguaje descarnado, a veces escatológico y purulento, toda la angustiosa vileza que se  experimentó en esos ominosos años.
Isabel Barragán de Turner
Letras de Panamá.
Historia compendiada de la literatura panameña.